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Buenas prácticas en la gestión de las redes sociales de los centros educativos

29/11/2016 | Fuente: https://menores.osi.es/escuela-cibersegura/blog/buenas-practicas-gestion-las-redes-sociales-los-centros-educativos
Imagen decorativa Redes sociales en el centro educativo
Muchos colegios, institutos y centros de enseñanza se han subido al tren de las redes sociales. Facebook, Twitter e incluso Instagram o YouTube: los centros quieren actualizarse y aprovechar la oportunidad que ofrecen estos servicios. Pero, ¿cómo gestionarlas con seguridad?, ¿qué precauciones debemos tener en estos espacios de Internet?
Sabemos que las redes sociales son esos espacios de Internet que permiten a las personas conectarse de manera virtual, y así compartir contenidos e interactuar. La mayoría de redes sociales están orientadas a comunicarse con otras personas con un interés común, y en este caso, ese interés común será nuestro centro.

Las redes y su utilidad para el centro

Muchos centros se han lanzado al mundo virtual sin tener un objetivo claro o un porqué, pero lo cierto es que las redes sociales pueden ser de gran utilidad y tener una finalidad positiva para la comunidad educativa.
Lo primero que nos viene a la mente seguramente sea la propia promoción del centro. Hoy en día, no hay duda de que las redes sociales son un medio importante para dar a conocer nuestra entidad y publicitarla. Pero existe un segundo objetivo a tener en cuenta, igual de valioso, que es la comunicación con las familias.
Padre viendo las redes sociales del colegio con sus hijas
Mostrando el trabajo del centro, nuestros proyectos y actividades, conseguimos generar sentimiento de comunidad y pertenencia en alumnos, padres y madres. A su vez, podemos compartir recursos e iniciativas con otros centros, aprender y adquirir nuevas ideas para nuestras aulas e incluso conseguir colaboraciones o intercambios con centros de otras provincias y países.
Pero, de todas las redes sociales que existen, ¿cuáles son interesantes para el centro? Cada una puede ofrecernos diferentes servicios, pero gestionarlas lleva tiempo, y estar presente activamente en todas las redes sociales puede resultar complejo. Por ello, debemos priorizar aquellas que puedan sernos más útiles. Entre las más conocidas, Twitter y Facebook son las más utilizadas por madres y padres, siendo esta última la única que permite subir textos más largos y álbumes de fotos. Instagram y YouTube son las preferidas de los alumnos, más visuales, y nos brindan la opción de publicar y editar imágenes y videos propios.

Dónde poner el límite y cuáles son los riesgos

La propia definición de red social implica en cierto modo una pérdida de privacidad. Estamos abriendo una ventana para poder comunicarnos, y eso nos obliga indiscutiblemente a mostrar algo de información. Depende de nosotros determinar cuánto queremos mostrar, pero cuando hablamos de menores, el asunto se complica.

«La propia definición de red social implica en cierto modo una pérdida de privacidad»

La primera decisión que debemos tomar es si nuestra red social será pública, es decir, abierta a todas las personas que utilicen ese servicio, o privada y limitada sólo a la comunidad educativa de nuestro centro. Plantearnos quién accederá a nuestras publicaciones o qué información ofreceremos desde el perfil es indispensable, de modo que seamos conscientes del alcance de nuestras publicaciones y la pérdida de control que supone. Para ello debemos tener en cuenta el objetivo con el que hemos creado nuestro perfil: promocional, académico, comunitario, etc.
Independientemente de la opción elegida, sin duda la cuestión más temida serán las fotos o vídeos que queremos subir a nuestra red. Es lógico prever que, en un centro educativo, la mayoría de estos contenidos incluirán alumnos y alumnas menores de edad, pero también profesorado, familias, etc. Es necesario tener claro cuál va a ser nuestra política de actuación y cómo proceder para no comprometer la privacidad y los derechos de todos ellos. Además, existen otros datos personales que debemos proteger, como sus nombres o cualquier otra información que sirva para identificar a los menores. 
Hacer fotos en el centro educativo cuidando la privacidad de los menores
Siempre podemos valorar crear una red social sin exponer imágenes de menores o limitando su uso a contadas ocasiones, ya que nada impide que el contenido pueda ser igualmente atractivo o visual.
Una vez determinadas estas cuestiones, tenemos la obligación de informar de forma clara a madres y padres sobre la posible utilización de imágenes de sus hijos, e incluso a los propios alumnos y alumnas cuando su nivel de madurez lo permita, así como al profesorado. En nuestro artículo sobre “Fotos en el cole, ¿sí o no?”, os contamos cómo elaborar una autorización para las familias, en la que deberemos especificar nuestra intención de utilizar redes sociales.
Respetar ese consentimiento firmado es prioritario a la hora de utilizar estos servicios. Por ejemplo, a pesar de que en ambos casos se debe tener consentimiento familiar, no es igual la difusión de contenidos en la web o revista virtual del centro, que en una red social, donde el alcance es mucho mayor.

Puesta en práctica con seguridad

En el momento de poner en marcha nuestras redes sociales, hay que recordar que no podemos utilizar las redes sociales del centro como si fueran nuestros propios perfiles de Facebook o Twitter: estamos representando a una entidad y en nuestras manos tenemos datos o contenidos de carácter personal que debemos proteger.

«En nuestras manos tenemos datos de carácter personal que debemos proteger»

Por ello, estableceremos unos principios básicos por los que dirigir la gestión de las redes. Cuál es la finalidad del perfil, quién será el administrador o administradores, qué tipo de información vamos a publicar y qué no, cómo vamos a gestionar las imágenes y videos, etc. Si fijamos un criterio, evitaremos dudas más adelante, por ejemplo a la hora de publicar una foto de grupo dónde no todos los niños tienen consentimiento familiar, o cuando tengamos que escribir sobre datos personales.
Nombrar a un “responsable” de las redes sociales del centro puede resultar una tarea sencilla, o no, pero es imprescindible. Ya hemos comentado los riesgos que asumimos al abrir este tipo de espacios públicos, por lo que, aunque todo el equipo educativo debe tener conocimiento de cómo vamos a administrar las redes, sólo dos o tres personas deberían tener acceso y encargarse de la publicación y gestión. Algunos centros cuentan con un departamento de marketing y/o comunicación que asume esta tarea, pero en la mayoría de los casos, cualquier miembro del equipo educativo puede aceptar esta función.  
Responsable redes sociales del centro educativo
Hablar de redes sociales es hablar de seguidores, compartidos, me gusta y comentarios. Necesitamos unos conocimientos mínimos sobre estos servicios, tanto para conocer cómo publicar en cada red, como para saber configurar correctamente las opciones de seguridad y privacidad.

«“Pensar antes de publicar” siempre es una buena práctica»

La prevención de riesgos empieza por no hacer con estas redes sociales lo que no haríamos con nuestras cuentas personales. Hay que establecer una contraseña robusta y proteger activamente la conexión y el dispositivo desde el que nos conectamos, ya que una posible suplantación de identidad en este tipo de perfiles puede tener consecuencias graves.
Para agilizar la administración de varias redes sociales, puede sernos útil sincronizarlas, mediante una herramienta de gestión de redes sociales como por ejemplo Hootsuite o TweetDeck, de modo que al publicar en una cuenta, se comparta automáticamente en las demás. Planificar nuestras publicaciones e incluso programarlas para que se suban a la red a una hora determinada, puede también aligerar su gestión.
Valorando que la comunicación juega un papel esencial en las redes sociales, comentarios y mensajes tienen que gestionarse necesariamente de forma adecuada. Parte de esta tarea es saber manejar los comentarios negativos o inapropiados, pero también tener presente que lo que escribimos es (o puede llegar a ser) público, por lo que es importante cuidar el tono, el respeto, la educación, evitar referencias personales, etc.
“Pensar antes de publicar” siempre es una buena práctica. Gestionar las redes sociales con sentido común y precaución nos asegurará conseguir una comunicación fluida y positiva con toda la comunidad educativa. Además, quién mejor que nosotros para dar buen ejemplo y transmitir a nuestros alumnos y alumnas cómo hacer un uso seguro y responsable de sus propias redes sociales.